- Expertos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) analizan las repercusiones de la pesca recreativa sobre las especies capturadas y las economías locales.
La investigadora del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados – IMEDEA (CSIC-UIB) Beatriz Morales-Nin y el investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) Javier Lobón-Cerviá, publican el libro La pesca recreativa. Del ocio a la economía, el número 31 de la colección Divulgación (CSIC-Catarata), en el que dan a conocer los fundamentos de esta modalidad de pesca y sus implicaciones sociales, culturales y económicas.
Según los científicos, los restos arqueológicos encontrados en la cueva de Nerja (Málaga) atestiguan que, en la península Ibérica, la práctica de la pesca se ejercía hace más de 8.000 años. En la actualidad, el sector pesquero español contribuye a una parte fundamental de nuestra alimentación y tiene un peso económico muy relevante. Además, al margen de la pesca profesional, la pesca recreativa o pesca de ocio se practica de forma generalizada en nuestro país. En este contexto, el libro La pesca recreativa. Del ocio a la economía profundiza en las repercusiones de este tipo de pesca sobre las especies capturadas y las economías locales. El libro puede adquirirse tanto en librerías como en las páginas web de Editorial CSIC y Los Libros de la Catarata.
Los autores han examinado el alcance de la actividad pesquera con fines lúdicos en España encontrando que, según una encuesta realizada en 2017 por el IMEDEA (CSIC-UIB), el 47% de la población ha pescado al menos una vez en su vida. Además, el 24% de los encuestados lo había hecho en los últimos 12 meses y un 23% pensaba dedicar un cierto tiempo a la pesca durante el año siguiente. “Este nivel de participación, considerando la población actual del país, es más que notable y, entre otras cosas, implica que muchas personas han hecho de la pesca recreativa su principal afición”, dicen los autores. Asimismo, “estas cifras tienen también grandes repercusiones: primero, sobre las propias poblaciones de las especies capturadas y los sistemas acuáticos donde se explotan y, segundo, sobre las economías locales y regionales”, añaden.
Los investigadores también han analizado la tipología y perfiles de los pescadores, así como sus motivaciones y hábitos más comunes. “En España el pescador-tipo es esencialmente masculino y de edad media, pues la participación femenina es muy minoritaria”, explican. También describen las técnicas de captura dominantes en aguas dulces y marinas e identifican las especies y los hábitats preferentes donde los aficionados a la pesca desarrollan su actividad. En este sentido, gana la tradición, ya que, a pesar de las múltiples técnicas y materiales existentes, “tanto en las aguas continentales como en las marinas, la técnica preferida es la de caña y sedal”, apuntan. Sobre las especies, en aguas continentales destacan la trucha (Salmo trutta), más conocida como “la princesita de los ríos”, y el salmón (Salmo salar). Los científicos del CSIC han constatado un descenso muy acusado en los últimos años tanto de las poblaciones de estas especies como del número de pescadores que solicitan las licencias correspondientes.
En el entorno marino, la pesca desde tierra es mayoritaria, seguida por la que se practica desde una embarcación y, de forma mucho más minoritaria, por la pesca submarina. Ligadas a estas modalidades y a la ubicación donde se encuentren los pescadores, están las especies capturadas a lo largo de los miles de kilómetros de costa de la península Ibérica y las islas del territorio español.
Por otro lado, fijándose en los aspectos sociales, los autores destacan que “la pesca recreativa tanto continental como marina es beneficiosa para la salud física y mental de quien la practica. Además, ha sido utilizada con éxito como terapia para reducir la conflictividad entre adolescentes y para integrar grupos en riesgo de exclusión social”.
Además, el libro se ocupa de la conservación y la gestión de especies y de las implicaciones económicas de esta actividad. Aunque, “el valor económico de la pesca recreativa es difícil de evaluar porque, por definición, las capturas no se comercializan y la motivación es esencialmente disfrutar de la experiencia, y estas sensaciones o sentimientos no pueden expresarse en términos de economía de mercado. Aspectos como el ocio, la tradición, etc., a menudo se mencionan como factores motivadores, mientras que el pescado capturado para el consumo doméstico desempeña solamente un papel secundario”, concluyen.